Nuestra historia comenzó con una pregunta simple
¿Por qué la mayoría de los eventos terminan costando un 30% más de lo presupuestado? En 2019, después de ver cómo empresas locales luchaban con gastos inesperados en conferencias y lanzamientos, decidimos crear algo diferente.
Pasamos meses analizando fracasos financieros en eventos corporativos. Hablamos con organizadores en Buenos Aires, Córdoba, Rosario. Todos enfrentaban el mismo problema: presupuestos que parecían sólidos en papel pero colapsaban ante imprevistos.
Lo que descubrimos cambió todo: el problema no era la falta de planificación, sino la rigidez de los modelos tradicionales. Los eventos reales son orgánicos, cambian. Necesitábamos herramientas que respiraran con ellos.